La reflexión a partir de las historias familiares de tres generaciones abre un mundo emocionante de nuevas posibilidades, de nuevas perspectivas, de realidades diferentes que hacen posible la transformación. Centre Horta
Soy psicóloga clínica, terapeuta familiar, y docente acreditada por la FEATF.
Con 14 años decidí que quería estudiar psicología. Después de acabar la carrera, la necesidad de un marco teórico y mis interrogantes en referencia al mundo de las relaciones familiares y humanas me llevaron en el año 1988 al Centre de Teràpia Familiar de Barcelona. La Terapia Familiar Sistémica Relacional amplia mi mirada y me aporta nuevas formas de entender los síntomas, el sufrimiento y las dificultades y la posibilidad de ofrecer nuevos caminos que permitan vivir mejor.
Mis primeras experiencias profesionales fueron en el campo de la valoración y reeducación de la dislexia y en el de la terapia de grupo de adultos. Puntualmente fui educadora en un centro de protección y tutela de menores.
Desde el año 1994 hasta diciembre de 2012 he trabajado como a psicóloga en un centro de salud mental infanto-juvenil de un barrio económicamente desfavorecido de la ciudad de Barcelona. En este entorno se produce un reencuentro con dos de mis formadores– El Dr. Albert Sarró y Lolita Albaladejo –y tengo mi primera oportunidad de trabajar con familias y aprender de ellas. Lolita con la su exigencia, sus propuestas formativas y su ejemplo de coherencia y respecto ha impulsado mi crecimiento personal y profesional
Durante 6 años he colaborado en les tareas de formación de la Facultat de Psicología y Cièncias de l'Esport Blanquerna como a tutora de prácticas del Centre de Salut Mental Infanto-Juvenil.
Desde 1998 he participado en Congresos y Jornadas nacionales e internacionales sobre Terapia Familiar a través de Talleres y ponencias. También he colaborado en diferentes artículos publicados a la revista Mosaico.
El nacimiento del Centre Horta de Teràpia Familiar como centro clínico y docente el año 2013, supone una nueva oportunidad. Dar vida, consistencia y realidad a un espacio de formación ha sido una tarea compleja con dudas, incertidumbres y también la posibilidad de reencuentro con textos de nuestra formación para incorporarlos y transformarlos en material para ofrecer no solo contenido, sino también experiencia y emoción a aquellas personas con el deseo de formarse cómo terapeutas familiares.
El proceso de acompañar cómo docente a las personas interesadas en formarse en la epistemología sistémica y el trabajo con familias ha representado para mí una experiencia intensa, apasionante y enriquecedora tanto profesional como humanamente. Un proceso terapéutico, es un proceso de crecimiento compartido, la familia crece y también el terapeuta. Si hablamos de formación también hablamos de un proceso de crecimiento compartido entre docente y alumnos.